En la actualidad, aproximadamente 15 millones de estadounidenses padecen la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, mientras que otros 12 millones siguen sin estar diagnosticados. La condición es actualmente la cuarta causa de muerte en todo el país. Hay dos tipos de EPOC: enfisema y bronquitis crónica. La primera implica el debilitamiento de los sacos de aire de los pulmones (alvéolos), mientras que el segundo implica la inflamación y el estrechamiento de los tubos bronquiales, lo que resulta en una tos persistente y un aumento de la producción de moco. Ambos tipos de EPOC disminuyen en gran medida la capacidad respiratoria. Una serie de factores puede conducir al deterioro de los alvéolos y de los bronquios, como el tabaquismo, el raro trastorno genético conocido como deficiencia de alfa-1-antitripsina, la inhalación de gases emitidos por la quema de combustible, así como la exposición ocupacional al asbesto.
Nuestros pulmones no tienen la capacidad de expulsar las fibras de asbesto. De este modo, una vez que lleguen en el interior de los órganos, las fibras de asbesto se incrustarán en el tejido, irrigando gradualmente el área en cuestión. En plazo de 10 a 50 años, el daño causado por el asbesto a los pulmones puede resultar en una EPOC, que a menudo implica una combinación de enfisema y bronquitis crónica. Cabe destacar que el hecho de padecer EPOC como consecuencia de la exposición al asbesto en el lugar de trabajo lo hace mucho más propenso a desarrollar enfermedades malignas como el cáncer de pulmón o el mesotelioma pleural con el paso de los años.
El primer síntoma de la EPOC suele ser una tos persistente y productiva. En casos graves, se puede encontrar sangre en el esputo expulsado por la persona que padece esta afección. La falta de aliento también es común en las primeras fases de la EPOC. Según una encuesta de 2015, estos son los estados de EE. UU. con el mayor número de pacientes con EPOC:
- Virginia Occidental - 12%
- Kentucky - 11.2%
- Alabama - 9.9%
- Arkansas - 9.1%
- Tennessee - 8.9%
- Oklahoma - 8.2%
- Misuri - 7.9%
- Indiana - 7.4%
- Mississippi - 7.2%
Debido a que la EPOC es insidiosa y las personas rara vez experimentan los síntomas hasta que alcanzan las fases avanzadas, recomendamos encarecidamente a las personas con antecedentes de exposición al asbesto, especialmente a los fumadores, que se sometan a un examen médico bianual, lo que ayudará a prevenir la detección tardía en el caso desafortunado de la enfermedad se haya desarrollado. Las pruebas más efectivas para detectar la EPOC incluyen la espirometría (una prueba de la función pulmonar que ayuda a su especialista a observar el volumen y el flujo de aire), las radiografías y la tomografía computarizada (tomografías computarizadas). También se pueden ordenar exámenes de sangre para medir los niveles de oxígeno.
Aunque no hay tratamiento per se para la EPOC en este momento, la condición puede mantenerse bajo control con éxito con el uso regular de medicamentos como broncodilatadores, medicamentos antiinflamatorios y esteroides. En casos severos, se puede recomendar la terapia de oxígeno o la terapia respiratoria asistida por máquina.